Sandro Spinsanti es uno de los más conocidos e influyentes bioeticistas de Europa, y autor de una amplia bibliografía que cubre el amplio espectro de las llamadas “humanidades médicas”. De hecho, es el fundador y director del Istituto Giano per le ‘medical humanities’ que tiene su sede en Roma. En su amplia producción escrita, Sandro Spinsanti intenta siempre ampliar el horizonte de la medicina, desde el siglo XIX en exceso constreñida por la mirada excesivamente parcial y limitada del positivismo. El filósofo español José Ortega y Gasset escribió el año 1916, hace ahora algo más de un siglo, un artículo titulado “Nada moderno y muy siglo XX”, en él veía ya el positivismo un tanto ramplón del siglo XIX como algo ya caduco, “nada moderno”, a pesar de que seguía haciendo estragos en el imaginario colectivo de la sociedad europea, y de modo muy particular, dice Ortega, en medicina. A los médicos, “cualquier otra doctrina que no sea el positivismo se les antoja, no solo un error -cosa que sería justificable- sino una reviviscencia del pasado. Y es que el positivismo vivió dentro de ellos en una atmósfera espiritual impregnada de ambición modernizante, de suerte que el positivismo, no solo les parece lo verdadero, sino a la vez lo moderno. Y viceversa, cuanto no sea positivismo sufrirá su repulsa, no tanto porque les parezca falso, sino porque les suena a no-moderno.” La razón de esta casi beatería positivista de los hijos de Esculapio y Galeno es, por lo demás, comprensible, dado que coincidió en el tiempo con la entrada de la medicina en lo que Kant llamó “el camino real de la ciencia”, con lo que empezó de veras a curar.