Los Testigos de Jehová son una denominación cristiana milenarista y antitrinitaria surgida dentro del frondoso tronco del cristianismo. Basa su doctrina en la lectura directa de la Biblia y tiene como propósito santificar el nombre de Jehová. Compuesta por 8.700 millones de seguidores, está distribuida por 240 países.
Los Testigos de Jehová rechazan las transfusiones de sangre debido a razones religiosas, ya que afirman que tanto el Antiguo como Nuevo Testamento mandan abstenerse de la sangre. Creen que la sangre es la sede de la vida y consideran preceptivo el mandato bíblico de abstenerse de la sangre por respeto a Dios, origen de la vida. Este rechazo de las transfusiones de sangre, incluso aunque de ello dependiera su vida, ha tenido como consecuencia la muerte de un cierto número de personas. Desde 1961, la aceptación de sangre por parte de un miembro es motivo de expulsión de la comunidad religiosa. La donación de órganos es en la actualidad, sin embargo, una decisión personal, siempre que no incluya transfusiones de sangre.
Las propias comunidades de Testigos de Jehová han establecido un sistema de comunicación con el personal sanitario de los hospitales a través de los llamados “Comités de enlace”. Estos acompañan a los pacientes durante su estancia, para ayudarles en sus decisiones. Con frecuencia se ha planteado el problema de si se trata de una mera ayuda o si, por el contrario, a veces se convierte en un medio de presión para que no transgredan sus preceptos religiosos, ya que en caso contrario serán excluidos de la congregación, lo que puede tener graves consecuencias sociales, laborales e incluso familiares para los pacientes.