La ética y la deontología son términos que se confunden a menudo, llegando a emplearse a veces como sinónimos. La vida es un problema que estamos obligados a resolver nosotros mismos, eligiendo libremente entre diversas opciones de actuación y la ética es precisamente el arte de elegir la mejor opción; no trata de lo bueno, sino de lo óptimo. Identificar la ética con los códigos morales es un error muy frecuente.